En Gran Bretaña se acude a la farmacia para obtener medicinas o para que te aconsejen de manera gratuita sobre problemas menores. También puedes conseguir allí las medicinas que te haya recetado el médico.
En el Reino Unido hay tres tipos de medicinas: las que te receta el médico, las que sólo se venden bajo la supervisión del farmacéutico, y las que puedes comprar libremente (como las que venden en los supermercados o quioscos de periódicos).
Las medicinas con receta cuestan siempre lo mismo (£6,30 cuando se escribió este artículo), aunque los menores de 16 años, los pensionistas (hombres mayores de 65 y mujeres mayores de 60), o los estudiantes menores de 19 no pagan nada. También te dan recetas gratuitas si estás embarazada (o has tenido un bebé en el último año), si tienes algún tipo de invalidez permanente o afección crónica (como la diabetes), o si tienes una renta muy baja y recibes ayudas del estado.
Los horarios de apertura de las farmacias se encuentran en las puertas de éstas y en los periódicos locales. Si tienes una urgencia y necesitas un medicamento y todas las farmacias están cerradas, puedes llamar a tu médico de cabecera o a la policía.