Los Estados Unidos tienen el sistema educativo más diversificado del mundo, con instituciones educativas públicas y privadas. En Estados Unidos el término "school" (literalmente "escuela") se usa para referirse a todas las etapas educativas, desde la guardería a la universidad.
En la cultura norteamericana se favorece la mejora constante y el aprendizaje continuo. Las sociedad estadounidense destaca por su interés en educar a la población joven y por la gran inversión que destina a este fin. Alrededor del 90% de los estudiantes estadounidenses terminan la educación secundaria. Estados Unidos también se sitúa por encima de la media internacional en graduados universitarios (más del 50% de los estudiantes obtienen un título universitario). Muchas universidades e instituciones de enseñanza superior en Estados Unidos tienen un reconocido prestigio internacional (el sistema universitario estadounidense es considerado por muchos como el mejor del mundo), y miles de estudiantes diferentes países del mundo optan por estudiar en Estados Unidos.
La educación a tiempo completo es obligatoria en todos los estados e incluye a los hijos de extranjeros que residen de forma permanente o temporal en los Estados Unidos durante un mínimo de un año. Todos los niños, independientemente de la situación legal de sus padres en el país, tienen derecho al acceso a la educación en los Estados Unidos. La escolaridad obligatoria suele comenzar a los 6 años y continúa hasta los 16-18 años. El americano medio estudia durante 12 años (conocido como K-12), aunque el promedio es menor en las zonas rurales y en las ciudades pequeñas (a excepción de las ciudades universitarias), y más alto en las grandes ciudades.
No existe un sistema nacional de educación en los Estados Unidos, sino que la educación es principalmente responsabilidad de los estados y distritos. En consecuencia, las normas y requisitos educativos varían considerablemente entre estos. En cada municipio, los residentes pagan impuestos en función del valor de su casa, y se destina gran parte de esta recaudación a financiar las escuelas. Es por eso que los distritos con mayores ingresos públicos tienden a tener mejores escuelas.
Las escuelas públicas primarias y secundarias son gratuitas y son la opción preferida por el 90% de los estudiantes. El 10% restante escoge escuelas privadas, la mayoría de ellas asociadas a la Iglesia (a menudo católica-romana). Prácticamente todas las escuelas públicas son mixtas. La popularidad de las escuelas privadas en Estados Unidos ha experimentado una caída en los últimos años.
Además, la opción de educar a los niños en casa ha ganado popularidad en los últimos años. Se estima que el 2-3% de los niños americanos en edad escolar (entre dos y tres millones) toman clases en su casa o en aulas organizadas por una comunidad.
La educación formal consta de tres niveles: primaria, secundaria y enseñanza superior. La escuela secundaria se compone de la "middle school" (grados 6-8) y del instituto (grados 9-12). La formación profesional, la educación para adultos y las escuelas o clases especiales también forman parte de los programas educativos en la mayoría de los estados. Muchos estados y comunidades ofrecen escuelas o clases especiales para niños con necesidades educativas especiales, problemas emocionales y de comportamiento, dificultades de aprendizaje moderadas y severas, problemas de comunicación, discapacidad auditiva o discapacidad física. Al igual que existen escuelas privadas dirigidas a niños con talentos especiales o de altas capacidades.
La constitución estadounidense requiere la separación del Estado y la religión y prohíbe la enseñanza religiosa en las escuelas públicas (aunque hay planes para restablecer las oraciones escolares en algunas áreas). Sin embargo, es común que los niños reciten el juramento de lealtad a la bandera estadounidense en muchas escuelas (aunque las palabras “bajo Dios” son opcionales). Con la excepción de algunas escuelas privadas, no suele exigirse un uniforme escolar, aunque este es más popular en las escuelas concertadas, especialmente en las grandes ciudades.
Un aspecto único del sistema educativo de los Estados Unidos es el alto grado de participación de los padres. El parent power, la participación activa de los padres en la escuela, no solo es aceptada, sino que es bienvenida y fomentado a través de las Parent Teacher Associations (Asociaciones de Padres Maestros o PTA, por sus siglas en inglés) locales y las Home and School Associations (Asociaciones de Hogares y Escuelas o HSA, por sus siglas en inglés) adjuntas a todas las escuelas. Las PTA y las ASH se reúnen regularmente y se ocupan de muchos aspectos de la escuela como el plan de estudios, las instalaciones, el horario escolar y las actividades y programas extraescolares. Se anima a los padres a asistir a las reuniones y mostrar interés en la escuela y la educación de sus hijos (también es una buena manera para los recién llegados de hacer amigos). Las escuelas organizan días de padres, noches de “vuelta a la escuela” y conferencias de padres y profesores, donde los padres pueden reunirse con los docentes y examinar la jornada escolar de sus hijos.
En la última década se ha abierto un debate sobre el descenso de la calidad de los estándares educativos y el mal rendimiento de los estudiantes estadounidenses, particularmente cuando se les compara con los estudiantes de otros grandes países industrializados como Alemania y Japón. En las pruebas dadas a estudiantes estadounidenses y extranjeros, Estados Unidos no ha obtenido los mejores resultados. Los estudiantes y graduados de escuelas secundarias estadounidenses (de escuelas públicas y privadas) ocupan el puesto 31 en todo el mundo en matemáticas, ciencias y lectura. Para hacer frente a este problema, el Gobierno federal ha introducido pruebas estandarizadas en las escuelas a fin de medir el rendimiento y distribuir los fondos de acuerdo con los resultados. Los padres pueden acceder a las puntuaciones medias de las escuelas en estas pruebas para tener una idea de dónde se sitúan.
En los últimos años, muchos padres preocupados por la disminución de la calidad en la educación pública han recurrido a escuelas privadas para la educación de sus hijos. Aunque el coste de la educación privada es alto, muchos padres estadounidenses consideran que es un precio aceptable a pagar, especialmente si el resultado es un título de licenciatura o un máster de una universidad prestigiosa, puesto que esto posiciona mejor a los graduados en el mercado laboral. La educación por "el amor por aprender" no es el concepto de aprendizaje más asentado en los Estados Unidos, ya que gran parte de la enseñanza está orientada a la mejora de las opciones laborales y el poder adquisitivo (especialmente los MBA o másteres de administración de empresas). Las familias extranjeras residentes en los Estados Unidos durante período de tiempo más reducido pueden optar por enviar a sus hijos a una escuela internacional privada, donde estarán menos expuestos al sistema americano. La organización y los planes de estudio de la mayoría de las escuelas y colegios privados son similares a los de las escuelas públicas, aunque la gestión puede ser diferente.
Uno de cada cinco niños en las escuelas estadounidenses no habla inglés en casa. Si tu hijo no habla inglés con fluidez, consulta si existen cursos de aprendizaje de inglés como lengua extranjera o si existen otras lenguas de enseñanza en el centro. La mayoría de los estados cuentan con programas de aprendizaje de inglés como lengua extranjera (ESL, por sus siglas en inglés), especialmente en las zonas donde se concentra la población inmigrante. Las escuelas privadas no siempre cuentan con apoyo específico para los estudiantes que no hablan inglés con fluidez.
En la mayoría de los estados, los niños también tienen la opción de aprender una segunda lengua, que suele ser el español. Algunas escuelas secundarias públicas de California ofrecen una amplia variedad de idiomas, como árabe, coreano o chino.
Adaptado de Living and Working in America.